"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



martes, 11 de mayo de 2010

Las puertas del Paraíso

Justo antes de que la crisis se nos eche encima, Penélope y yo nos dimos la licencia de detenernos un rato ante una de las puertas del Paraíso.

Hay lugares en el mundo, a veces tan cercanos que ni reparamos en ellos, en los que el corazón tiene espacio para ensancharse. Lugares de belleza tan absoluta que parece que fueran capaces de dotar de sentido a una vida con su sola existencia.


Incluso aquí, en esta tierra asolada por los bárbaros, en la que cada porción de hermosura ha sido acotada, parcelada, nivelada, cementada y ajardinada. No me puedo imaginar cómo sería hace tres mil años, cuando las montañas peladas que nos rodeaban hervían de verdes pinos. Aquí podría haber estado Ogigia y también habría invitado al olvido.

Al alba, desde la cabecera del valle contemplé su extensión. Amaneció lentamente, casi con pereza, un día de diciembre. En el llano, junto al mar, la bruma se apretujaba atrapada entre la tierra y una capa de inversión térmica a poca altura. Sobresaliendo de ella, el promontorio que domina esta comarca y crea el cabo sobre las aguas. Y apenas visible, el mar.


Algo más al sur de la desembocadura del valle, más allá del promontorio, los bárbaros han edificado su capital, su santuario de hormigón, un monstruo cuyos atroces tentáculos devoraron hasta la ultima mota de pureza de aquella tierra de tenaces pescadores. Allí ya no queda nada vivo y hasta la luz se ha vuelto sucia.

Lo escribió Nikos Kazantzakis, "las puertas del cielo y del infierno son adyacentes e idénticas".

2 comentarios:

  1. Las puertas del cielo y del infierno... ¿no son acaso la misma?
    Nuestro planeta, por ejemplo, una mota de vida en la galaxia. Hayan más mundos habitados o no, sigue siendo una perla en la vastedad del cosmos, una joya inimitable. Estrellas hay miles idénticas entre si, de masas y espectros similares, pero estoy seguro de que nuestro planeta es único en su fervor de vida, como lo son entre sí las especies que lo pueblan, y sin embargo, en ocasiones, basta echar un vistazo a las noticias... ¿no es también un infierno de hambre, miedo y sufrimiento?

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  2. La últiam tentación de cristo fue ser hombre...y mira que ser hombre para esto...

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